Y de repente, anochece.
Y había amanecido y la vida había despertado, aún tímida y asustada y los colores inundaban las calles y se veían miradas sorprendidas tras las ventanas de los bares y los parabrisas de los coches con eternas luces de cruce.
Y había amanecido y la vida había despertado, aún tímida y asustada y los colores inundaban las calles y se veían miradas sorprendidas tras las ventanas de los bares y los parabrisas de los coches con eternas luces de cruce.
Y aquel que tenía miedo a la oscuridad observaba la panorámica con los ojos brillantes y la ilusión reflejada en su rostro y pensaba que podría salir y vivir y que ahora las cosas iban a ser distintas.
Pero la noche cae y ya no queda nada de eso. E imagínense, imagínense el caos, la tristeza, la decepción, imagínense la incertidumbre y el miedo. La oscuridad lo rodea todo de nuevo y nadie sabe si el sol volverá a salir y los coches vuelven a llevar luces de cruce y los que tienen miedo a la oscuridad vuelven a esconderse bajo sus sábanas.
Y se oyen voces que se preguntan qué va a ocurrir ahora, si amanecerá de nuevo, si la noche terminará algún día. Y suena tras las calles un lamento sordo que se pregunta por qué todo ha vuelto a ser como antes.
Pero la noche cae y ya no queda nada de eso. E imagínense, imagínense el caos, la tristeza, la decepción, imagínense la incertidumbre y el miedo. La oscuridad lo rodea todo de nuevo y nadie sabe si el sol volverá a salir y los coches vuelven a llevar luces de cruce y los que tienen miedo a la oscuridad vuelven a esconderse bajo sus sábanas.
Y se oyen voces que se preguntan qué va a ocurrir ahora, si amanecerá de nuevo, si la noche terminará algún día. Y suena tras las calles un lamento sordo que se pregunta por qué todo ha vuelto a ser como antes.
Pero nada es como antes.
Porque de repente, anochece.
Pero ya nadie olvida que, una vez, amaneció.
Porque de repente, anochece.
Pero ya nadie olvida que, una vez, amaneció.