viernes, 19 de noviembre de 2021
No eres un faro
sábado, 13 de noviembre de 2021
Sentir a medias
A lo mejor todos andamos por ahí tan enfermos de tristeza porque nos preguntamos constantemente si no deberíamos retroceder un poco y fingir que no nos sentimos como nos sentimos. Como diluir hielo en whisky con la esperanza de borrar su sabor, escondiendo el fuego natural que te baja por la garganta a cada trago.
Vivimos en un tiempo en el que parece que sentir poco es la norma, no sé, como si hubiera que rebajar los sentimientos que le das al mundo y que borbotean en tu cabeza, donde no para de crecer la presión.
Yo no sé hacerlo así, pero admito que lo intento. Y no sé qué tal me sale, pero a veces siento que comerme una porción grande de lo que tengo me está haciendo un daño muy feo por dentro.
A lo mejor todos estamos tan tristes por eso.
domingo, 15 de agosto de 2021
A lion still has claws
Quería escribirte muchas cosas por si mañana fuera tarde.
Quería escribirte que te he querido mucho y que, de verdad, estaré ahí ocurra lo que ocurra. Cataclismos, batallas, huracanes. Siempre sabré cómo te gusta la cerveza y qué libro escribe los relatos cortos que más te gustan. Que no necesitarás dos llamadas para encontrarme, que seguiremos escuchando las mismas canciones y que sabré que, cuando cierras los ojos cantando, estás pensando solo en ti.
De verdad, pase lo que pase, nos guardamos todos esos recuerdos que hemos construido y que saben a ron y que saben a momentos que se terminan sin que nos demos cuenta. Que seguiremos entonando canciones de historias, siendo hermanos. Siendo niños perdidos disfrazados de guerreros.
Quería que no te olvidaras, por mucho tiempo que pase, de
que enterraré contigo todos los cadáveres que hagan falta y que seguiré
poniéndome triste los viernes por la tarde y que lloraré en los lugares
adecuados. Esos lugares en los que para ti existirá un momento caótico donde
volcar tus intestinos, un lugar en el que podrás permanecer. Gastarte,
deshacerte y juntar en montones ordenados todo lo que te conforma. Canciones,
fotografías, caídas, desventuras. Necesitaras pensar que los días no pasan tan
rápido y también que no son tan repetitivos. Tendrás armas nuevas para librar
viejas batallas.
Quería escribirte que lo mejor recién esta por asomarse, aún tendremos muchos más relatos que compartir y aprender, habrá personas que te cuenten historias y tendrás que escucharlas. Te sentirás obligado a dejar algo de ti mismo en todo aquello que tocaras y que, cuando pase a otra persona, quede un eco tuyo, un fantasma. Deberás seguir sin ponerte nombre para no limitar tus alas y perderte en más lugares de los debidos, pero no olvidarte del tuyo.
jueves, 27 de mayo de 2021
Es hielo abrasador, es fuego helado…
Francisco de Quevedo
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.
Este es el niño Amor, este es su abismo.
Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo
jueves, 4 de febrero de 2021
Sobre sentirse ola
Era terrible esa manera tuya de perderte en el océano. Tenía algo desolador, algo casi venenoso y helado. Como un cenicero lleno de colillas o el último trago de demasiado vodka con arándanos. Ese regusto amargo, culpable. Yo lo pensaba cuando corría con los lobos y lo pensaba cuando la sangre caía por mis rodillas o lo pensaba cuando bailaba ebrio pensando en cuentos y pensando en poetas de tierras lejanas y gritando cosas absurdas sobre canciones de despedida y algún 08 de octubre que peleaba por borrar de mi memoria. Hablaba de un calor que yo me robaba de ti -casi de prestado, como un gato vagabundo- y pensaba si no te estaría matando poco a poco mi delirio constante y mi ensoñación de sentirme pájaro, de sentirme ola. Yo veía tu mar por dentro de los ojos, por dentro del páncreas, por dentro del pulmón y daba igual la pradera soleada que llevaras en el iris porque sabía de esa marea cansada. Y yo, como una luna caprichosa, dale, dale, dale todo el tiempo al ir y venir de tus tormentas. ¿Te ahogabas en mi como te ahogaste en los otros muchachos o acaso me conferías la terrible responsabilidad -un castigo inmerecido- de ser tu aire? Estabas ahí, de pie, sonreías con más cervezas de las que deberías tiñéndote los huesos y yo me ofrecía a calentarte los 15 segundos anteriores al amanecer, cuando todo se extingue y, solos, nos quedábamos en la calle pensando, sin decirlo, en robar un coche y huir del hacernos mayores que nos atenazaba. Yo me ofrecía a no preguntar por el frío, a no preguntar por lo que te ahogaba. Pero solo porque me daba miedo tu respuesta. Ahora la ola esta calmada.
lunes, 4 de enero de 2021
No permitas que te pase lo mismo...
Estoy seguro de que nadie entenderá lo que voy a escribir ahora y tampoco dejaré de lado los acertijos por si alguien lo hiciera. No sé si alguien va a terminar siquiera de leer este texto ni si me sentiré tan triste cuando lo publique como cuando lo estoy escribiendo -espero que no- pero me he dado cuenta de algo terrible y quiero ponerlos sobreaviso.
Durante mucho tiempo he querido mucho y no he pedido nada a cambio y eso me ha enfermado por dentro. He permitido que no me dieran nada de vuelta porque pensaba que querer de verdad era así; se basta en si mismo ese gesto y no requiere de más excusas ni de más perdones.
No es así. Por favor, no piensen que es así. Todo amor que des deben devolvértelo al peso, sin que falte un gramo. Quizás no sea de la manera que tú comprendas -a veces no es fácil, nadie nos enseña cómo hacerlo de la manera acertada- y te toque hacer un esfuerzo, pero la realidad es que debes abrir los brazos y que entre ellos entre todo lo que tú has dado. No tiene que hacer falta ni pedirlo siquiera.
Sé que no es fácil -en serio, lo sé- y sé que a veces necesitas desesperadamente dar todo ese sentimiento que te recorre de punta a punta con la esperanza de que genere algo de vuelta, en algún momento y te horroriza pensar que no llegará nunca.
No lo hará. Pasado cierto punto te aseguro que no lo hará y dará igual las ansias con la que lo esperes. Cuando estés solo dando vueltas en la cama rodeado de silencio y que sea solo eso, silencio, lo que te atraviese de uno a otro costado. Cuando pases horas descifrando gestos y miradas y pensando en lo que pudiera pasar si o cómo sería o a qué sabría. Cuando llores, cuando te sientas roto y destartalado como la casa que alguien no ha querido comprar porque no se imaginaba llenándola de "hogar". Te sientes lleno de goteras y grietas y "poco apto" para la vida.
Me gustaría poder explicarlo con otras palabras pero es justo así como te sientes; como un edificio en ruinas, abatido por el tiempo y la desgana y te conformas con llenarte con esos pequeños gestos que ni siquiera significan amor, que no tienen nada pero que te alimentan. Pasas tanto tiempo dando por válido ese cuento -que tú mismo te has inventado- que asocias el cariño, el amor, el sexo con la falta de verdad, porque de tanto dar te has convertido en una casa -a veces, incluso, en una ciudad- en ruinas que anhela que caminen por sus pasillos pero que teme derrumbarse en cualquier momento.
Si no te devuelven el amor es que no te quieren, es así de sencillo. Y cuando te liberas de esa cadena terrible que te aprisiona el cuello y cuando recuperas tu propio nombre y tu propia voz te das cuenta -demasiado tarde ya- de que sigues en ruinas y de que vas a poner en duda todo lo que sí que alguien va entregarte; si tienen sexo será por hacerte un favor, si te quiere será un chiste. Esa caricia será falsa, aunque en realidad no lo sea. No vas a sentirte lo suficientemente bueno como para recibir la atención de nadie.
Te has hecho débil; tu estructura se ha resentido y va a hacer falta mucho trabajo para volver a reconstruirte. A estas alturas ni siquiera sé si uno puede conseguir volver a ser el mismo tras todo ese temblor.
Yo quería mucha más poesía aquí y quería hablar de algo bello en alguna forma -la que sea. Pero hace poco he logrado quitarme del todo el collar que llevaba para darme cuenta de todo el veneno que se ha pegado a mis paredes. Que soy un edificio vacío que necesita a alguien que lo habite pero que duda de todo aquel que se atreve a estar dentro.
Estoy muy triste y contar esto no
ha hecho más que hundirme en la mierda pero, por favor, no permitas que te pase
lo mismo, seas quien seas.
Se anulan
Ella iba sola, ya iba honda, de lo sola, mar era. Mal o soledad no había; y así, rara rosa, con él obra. Nueva ave, un árbol en ocaso, rara ...
-
La sensación de estar en ese lugar y ponerse a pensar en cuantas chicas con el corazón destruido han visto perderse en la noche, cuantos mu...
-
Estoy seguro de que nadie entenderá lo que voy a escribir ahora y tampoco dejaré de lado los acertijos por si alguien lo hiciera. No sé si...